Proyecto del Terreno Territorial Colectivo

El Proyecto del Terreno Territorial Colectivo surgió en 2018, poco tiempo después de que la ciudad de Río de Janeiro pasara por la mayor ola de remociones de su historia. En esta ocasión, cerca de 80.000 personas fueron desalojadas de sus casas, lo que justifica la necesidad de preparar la ciudad para los megaeventos que se celebrarán aquí, especialmente las Olimpiadas de 2016. La gigantesca dimensión de esta política de mudanzas, unida a un proceso de gentrificación que se avecina en diversas favelas de la ciudad, puso de manifiesto la incapacidad de los instrumentos financieros existentes para garantizar la permanencia de los moradores en sus espacios. En este contexto, para buscar nuevas formas de reforzar la seguridad de las comunidades de la ciudad, partimos de un modelo innovador que surgió en Estados Unidos en 1960, y que ahora se utiliza ampliamente en diversas regiones del planeta: el Terreno Territorial Colectivo (TTC).

El potencial del TTC para las favelas y otras ocupaciones urbanas se demostró con la experiencia de las comunidades de Caño Martín Peña, en Porto Rico, donde un conjunto de favelas decidió adoptar el modelo como forma de regularizar su territorio, chamando-o de Fideicomiso de la Tierra. A partir de la instauración del TTC, los moradores pasaron a ejercer la gestión colectiva del territorio, con la garantía de la seguridad de la posesión frente a procesos de desalojo por parte del Estado o especulación inmobiliaria y gentrificación, un riesgo inminente debido a la centralidad del área que ocupan y a las intervenciones públicas locales.

La experiencia de Oporto Rico demuestra que el TTC puede encauzarse mucho mejor en la realidad de los asentamientos informativos que pasan por procesos de regularización, desviándose así de la aplicación clásica del modelo en el Norte Global. Inspirados por la experiencia, en agosto de 2018, la ONG Comunidades Catalizadoras convocó a una colectiva de miembros del Fideicomiso de la Tierra Caño Martín Peña en Río de Janeiro, para ofrecer una serie de oficinas a los clientes locales. El objetivo de estas oficinas era aprender con la experiencia porto-riquenha, para conocer mejor el TTC y discutir cómo puede ser eficaz en la promoción de la moradia accesible en Brasil.

Tras 5 días de oficinas, se decidió formar un Grupo de Trabajo permanente, con reuniones regulares, para estudiar más a fondo el Tercer Territorio Colectivo, difundir conocimientos sobre él y pensar cómo podría implantarse en Brasil. La composición del grupo era bastante diversa, incluyendo líderes comunitarios, representantes de organismos públicos, universidades, arquitectos y urbanistas y estudiantes. Al principio, se definieron dos frentes de trabajo principales: la movilización (destinada a organizar actividades en las comunidades interesadas) y la legislación (destinada a pensar soluciones jurídicas para la implementación del TTC, y construir propuestas de regulación legal del modelo).

Logotipo de inicio, fue necesario añadir otra nomenclatura al modelo. El término Community Land Trust no podía reproducirse literalmente en portugués, no sólo por su difícil comprensión, sino también por las diferencias entre los sistemas jurídicos de Brasil y la UE. Por ello, se le ha dado el nombre de Termo Territorial Coletivo, para conseguir captar la esencia del modelo: su carácter consensual y de ligera manifestación de voluntad -un acuerdo, un termo-, el objeto sobre el que pretende operar -el territorio-, y, por último, su aspecto comunitario y forma de organización -fundamentalmente colectiva-. No se trata de una mera traducción, sino de una adaptación del modelo a la realidad brasileña, manteniendo sus características fundamentales, pero introduciendo nuevos elementos.

Así nació el Proyecto TTC, cuya estructura se mantiene hasta hoy. La diversidad de atores que participan en el GT es uno de los puntos más positivos del proyecto, y permitió la creación de un ambiente fértil de búsqueda y colaboración. Al inicio, dos comunidades de Río de Janeiro se presentaron como posibles proyectos piloto, en los que se desarrolló un largo proceso de movilización comunitaria, con amplia participación de los moradores.

Actualmente, el Grupo de Trabajo cuenta con más de 200 miembros, entre moradores de favelas, activistas de movimientos sociales, líderes, investigadores, miembros de organismos públicos y aliados técnicos. De 2018 a cá, obtivemos diversas conquistas. El interés por el Tercer Territorio Colectivo creció bastante, superando las fronteras de Río de Janeiro, y ahora mantenemos el contacto con atores de distintos estados del país que desean trabajar con el modelo. En 2021 aprobaremos la primera ley que regula el instrumento en Brasil.

¡El Grupo de Trabajo del Proyecto Terreno Territorial Colectivo está abierto y todos los que quieran contribuir pueden participar!